Demostremos nuestro amor y temor hacia nuestro Padre Celestial con una actitud que refleja ser mas que hijos de Él, ser sus hijos amados.
Cuando Él abre puertas, nadie ni nada jamás podrá cerrarlas y lo mismo cuando Él las cierra. Él no nos da lo que nosotros pensamos que sería bueno, Él sabe lo que es bueno y nos conviene, ni mas ni menos.
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